Saludos y bienvenida



Somos un grupo formado por profesionales sanitarios (medic@s y enfermer@s), pero abierto a todos aquellos profesionales de la salud interesados, cuyo objetivo fundamental es mejorar los aspectos comunicacionales de la relación médico-paciente, para ello realizamos cursos de formación a profesionales de la Comunidad de Madrid, fundamentalmente a los residentes de la especialidad de Medicina de Familia y de Enfermería de Familia. El grupo además celebra periodicamente Cineforums como herramienta formativa abierta a todos los socios de SoMaMFyC y un congreso anual del grupo nacional,

comunicacionysalud.madrid@gmail.com



Están prohibidos los comentarios que violen la legislación respecto a derechos de autor, sean ofensivos o promocionen o incurran en delitos. Tampoco se permite la publicidad salvo previa autorización de los administradores del blog. Para más información podrán escribir a comunicacionysalud.madrid@gmail.com.

lunes, 23 de noviembre de 2020

XXXV Cineforum SUSPENDIDO

 Sentimos anunciar, como nos temíamos, que debido a las restricciones de aforo vigentes en este momento en la Comunidad de Madrid, nos vemos obligados a suspender el XXXV Cineforum previsto para este jueves 26 de noviembre.

Guardaremos intactas las ganas y la curiosidad para disfrutarlo en cuanto sea posible. Os haremos saber nueva fecha tan pronto la tengamos.

Esperamos que tanto vosotros como los vuestros mantengáis la salud, 

Un abrazo virtual, hasta pronto

GComunicación & Salud Madrño



domingo, 15 de noviembre de 2020

XXXV Cineforum de la SoMaMFyC: The Guilty

 

CINE FORUM de la SoMaMFyC

El Grupo Comunicación y Salud de la SoMaMFyC tiene el gusto de invitaros a su próximo cineforum, que se celebrará  el día 26 de noviembre (siempre y cuando nos encontremos en una fase de confinamiento que lo permita), a las 16,00 horas en la sede de la Sociedad (C/Fuencarral nº 18-1º D). En este encuentro, se proyectará y comentará la película “THE GUILTY” del director danés Gustav Moller.

Al igual que los anteriores cineforum, éste será coordinado por el Dr. Alberto López García-Franco, Colaborador del Grupo Comunicación y Salud -que nos adjunta su reseña- y la Dra. Concha Álvarez Herrero.

En The Guilty, el director Gustav Moller nos propone un thriller tenso y claustrofóbico donde lo aparente no siempre coincide con lo real y lo imaginado se torna en oculto y misterioso. Su  protagonista, Asgen Holm es un oficial de policia relegado a operador del servicio de emergencia telefónica en un turno nocturno lleno de rutina y hastío. Muchos son los paralelismos entre este policia desencantado de su profesión (ha sido suspendido temporalmente de sus funciones y relegado a este cometido por una sanción disciplinaria) y nuestro desarrollo profesional en precario, en plena pandemia de la covid-19. En ambos entornos merodea la amenaza del burnout, y en ambos la atención no es presencial sino telefónica.  En ambos ámbitos hay que separar la paja del grano, lo banal de lo importante, sin el apoyo de lo presencial, y con la sola ayuda de la comunicación telefónica, la elocuencia de los silencios y la fluencia de la palabra. Sustituyendo el lenguaje no verbal, por paralenguaje y empatía. Todo es rutina en esa noche idéntica a tantas otras hasta que una llamada le sitúa en situación de alerta ante la sospecha de una mujer maltratada. Vemos al profesional ejerciendo las técnicas de aproximación telefónica ante un posible caso de maltrato, las tensas argucias por desentrañar una situación cuyas consecuencias pueden ser fatales. Todo es atención y escucha. Generación de hipótesis y elaboración de actuaciones a veces en conflicto con los protocolos establecidos. Toda la película se desarrolla en ese habitáculo mal iluminado, recluido en su mesa de la centralita de emergencias. Sus empeños irán destinados a localizar la llamada e imaginar una situación en la que nada es lo que parece. Como todo acto terapéutico, deberá enfrentarse a la precipitación de los acontecimientos y a sus propios demonios personales. Como todo acto terapéutico hay empeño y catarsis.

El cine de confinamiento tiene prestigiosos exponentes entre los que podemos resaltar al maestro Hitchock con dos películas claustrofóbicas: Náufragos (1944) y La ventana indiscreta (1954). En “Náufragos”, toda la acción se desarrolla en el bote salvavidas en el que navegan a la deriva los supervivientes de un barco que ha sido hundido por un submarino alemán; en su bogar rescatan a un militar nazi, capitán del submarino que hundió su barco al que hacen subir a la barca con reticencias por parte de algunos de los tripulantes: el conflicto está servido. Con “La ventana indiscreta” contemplamos la convalecencia de James Stewart, escayolado tras un accidente en esa habitación en la que discurre todo el metraje de la película. Su confinamiento tiene alivio en la ventana de la habitación que, como si de una pantalla de cine se tratara, tiene acceso a la intimidad de sus vecinos incluido el marido que mata a su mujer, y de cuyo asesinato es testigo nuestro protagonista.

 En películas más modernas, y con el teléfono como protagonista, se sitúa la genial Burried“ (Rodrigo Cortés, 2010) en la que toda la acción transcurre en un ataúd. El protagonista se despierta encerrado en ese ataúd al que le han condenado un grupo de terroristas en Irak e intenta liberarse gracias a un móvil con escasas baterías y cobertura insuficiente, contando con la limitación de que le quedan tan sólo 90 minutos de oxígeno. Miedo, tensión y frustración en esos 93 minutos de metraje en los que es imposible relajarse. Todo un ejercicio de sabiduría narrativa cinematográfica. Con idéntico estilo de épica claustrofóbica nos encontramos la película “Locke” (Steven Knight, 2013) en la que su protagonista debe tomar una decisión decisiva dentro de ese coche que conduce mientras va hablando por teléfono con las personas relacionadas con un conflicto que debe resolver inmediatamente y por el que puede desintegrarse su vida: su esposa, sus hijos y sus jefes. Con el común denominador del teléfono, en “The Guilty” presenciamos la agonía de una desesperada mujer que ha sido secuestrada por su marido y pide ayuda por teléfono a la policía. Lo que se nos muestra en la pantalla es la cara del policía y las voces de la mujer. Todo es veraz en la película aunque vamos descubriendo que nada es lo que parece. Te angustia la cara del policía y su impotencia  por resolver una situación que se le va de las manos, encerrado en una habitación desde la que oye la voz aterrada y desesperada de la mujer. Todo es lenguaje verbal y angustia. Un guión excitante, un actor en estado de gracia y mucha, mucha empatía.

No os la perdáis. Os esperamos.

NOTA: por razones obvias, tan sólo se permitirá la asistencia al cineforum de 15 personas. Rogamos que si estáis interesados en acudir lo notifiquéis a la Secretaría de Somamfyc. La inscripción se hará por orden de registro.