Saludos y bienvenida



Somos un grupo formado por profesionales sanitarios (medic@s y enfermer@s), pero abierto a todos aquellos profesionales de la salud interesados, cuyo objetivo fundamental es mejorar los aspectos comunicacionales de la relación médico-paciente, para ello realizamos cursos de formación a profesionales de la Comunidad de Madrid, fundamentalmente a los residentes de la especialidad de Medicina de Familia y de Enfermería de Familia. El grupo además celebra periodicamente Cineforums como herramienta formativa abierta a todos los socios de SoMaMFyC y un congreso anual del grupo nacional,

comunicacionysalud.madrid@gmail.com



Están prohibidos los comentarios que violen la legislación respecto a derechos de autor, sean ofensivos o promocionen o incurran en delitos. Tampoco se permite la publicidad salvo previa autorización de los administradores del blog. Para más información podrán escribir a comunicacionysalud.madrid@gmail.com.

jueves, 14 de septiembre de 2023

XXXVIII CINEFÓRUM del Grupo Comunicación y Salud SoMaMFYC "Smoke"

Ya casi finalizado el verano, el Grupo Comunicación y Salud de la SoMaMFyC tiene el gusto de invitaros al 38º cinefórum que se celebrará el día 27 de septiembre, a las 16,00 horas en la sede de la Sociedad (C/Fuencarral nº 18-1º D). 

En este encuentro, se proyectará y comentará la película “SMOKE” del director Wayne Wang con guion de Paul Auster.  Al igual que los anteriores cinefórum, éste será coordinado por los doctores Alberto López García-Franco -Colaborador del Grupo Comunicación y Salud- y Concha Álvarez Herrero


El director Wayne Wang compone su película más exitosa (Premio Especial del Jurado, Premio del Público y Premio Internacional de la Crítica en el Festival de Berlín de 1995) con SMOKE. Con la colaboración del escritor Paul Auster, autor del guion, nos regala una composición coral en la que su protagonista, el actor Harvey Keitel encargado de un estanco de Brooklyn, se empeña en retratar la vida haciendo fotografías, todos los días y a la misma hora, de la esquina de su tienda. ¿La misma? Noooo responde el estanquero Auggie a su amigo encarnado por William Hurt: cada día tiene un color, unos personajes que se cruzan y que coinciden en muchas de las fotos, una meteorología…(y hasta un distinto afán, por más que no lo diga Auggie). En el mismo año (1995) Wang y Auster coincidirían como directores y guionistas en otra película “Blue in the Face”, repitiendo con Harvey Keitel, y con otros actores de universos distintos (no sé si paralelos), como Victor Argo o Mira Sorbino o con el director Jim Jarmusch.

Al codirector de Smoke, el escritor Paul Auster, ya le habíamos descubierto su cinefilia en muchos de sus libros. En “El libro de las ilusiones”, un profesor de literatura vuelve a reír, tras los seis meses posteriores al accidente aéreo en el que perdió la vida su mujer y sus hijos, al ver en televisión una película de uno de los últimos cómicos del cine mudo; a partir de entonces comienza la indagación/investigación de este profesor sobre la vida de ese cómico, desaparecido en extrañas circunstancias, y el libro nos introduce en un auténtico thriller policíaco. En “Un hombre en la oscuridad” su protagonista ha sufrido un accidente de coche y en su convalecencia se muestra aquejado de un terrible insomnio que le fuerza a inventar historias en la oscuridad; convalece en casa de su hija, también afectada por una crisis vital, y ambos viven enfrentados a un juego de vueltas y revueltas, de espejismos y alucinaciones donde la realidad se entrevera con los sueños, esos que no consigue conciliar el padre. Como terapia y como conjura acuerdan cada noche ver una película (con la emoción, las risas y el ejercicio de empatía que ello comporta) y luego comentarla. Así entre las páginas del libro encontramos referencias a películas clásicas como El ladrón de bicicletas, La gran ilusión o El mundo de Apu

Paul Auster debuta como director único con la película “Lulu on the bridge” (1998) en la que nuevamente de la mano de Harvey Keitel y Mira Sorbino, nos interna en su peculiar universo, no sé si cuántico. Sí sé que deslumbrante. 

Smoke es una película coral en la que sus protagonistas giran en torno a un personaje, Auggie, y se ubican alrededor de su estanco. Para Anil Seth, experto en neurociencia con prestigiosas investigaciones sobre la conciencia, la yoidad se compone de tres esferas íntimamente ligadas: el yo narrativo, el yo volitivo y el yo social. Estos tres yoes de nuestro Harvey Keitel se desarrollan con un fondo, el de los valores, con una estrategia, la de estar atentos, y con un escenario, su pequeño estanco. El olor que a este universo aporta nuestro Auggie es el de la bondad. Ese estanco es espacio de convivencia de su comunidad, punto de encuentro de una ciudadanía que busca y todavía encuentra puntos de encuentro en donde lo que se vende es anecdótico (tabaco) y tan sólo sirve de metáfora (lo que vende afecta negativamente a fumadores pasivos, y los que lo frecuentan encuentran bondadores pasivos), de alegoría (la de ese humo que como explica la película es tan difícil de pesar como el alma) o de sinécdoque (un lugar donde se esfuman las discordias). 

El yo narrativo de Auggie se evidencia en esa foto machacona que reproduce de manera singular todos los días de la vida. En ese yo se ejemplifica su cualidad de estar atento a lo que le rodea, a saber diferenciar los matices, que como los silencios, son terriblemente reveladores. Su amigo, el escritor que perdió la inspiración y que no ha vuelto a escribir desde la muerte de su esposa (interpretado por William Hurt) se convence de la singularidad de las fotos cuando en muchas de ellas ve a su mujer camino al trabajo, casi siempre distinta, nunca innecesaria, siempre recobrada. Su yo narrativo está lleno de esencias y de historias que no sabemos si son verdaderas, pero que son auténticas. 

El yo social es el que le fuerza a interactuar con sus conciudadanos y a crear comunidad. Ese yo social configura su identidad alejándolo de la soledad no deseada y conforma la alteridad de los que le rodean. Es el yo que destila oasis con los que combatir desiertos de adobe y asole. 

El yo volitivo es el que le fuerza a actuar. Con las mismas premisas que conforman sus otros Yoes, se muestra atento a lo que le rodea, atendiendo a las personas con las que coincide, entendiendo que las medio-mentiras esconden alguna que otra verdad, y que lo importante aquí no es tanto esa verdad, sino la autenticidad para estar disponible. 

En este universo austeriano pululan otros personajes: unos buscan en lo narrativo a un padre que le abandonó; otros, en lo volitivo, a ese escritor que un día fue y que perdió la inspiración al instante inmediato de la muerte de su mujer; y, en lo social, Auggie ofrece un sitio donde albergar a una comunidad con tantos matices como colores distintos aportan las cien mil fotografías hechas y por hacer, todas distintas, desde el mismo lugar, con la misma cámara y sin ápice alguno para la rendición. 

¡Os esperamos!