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miércoles, 6 de marzo de 2024

XL CINEFÓRUM del Grupo Comunicación y Salud. SoMaMFYC

El Grupo Comunicación y Salud de la SoMaMFYC tiene el gusto de invitaros al 40º cinefórum que se celebrará el día 19 de marzo, a las 16:00 horas en la nueva sede provisional de nuestra Sociedad (Paseo de las Delicias nº 30, 2º planta). En este encuentro, se proyectará y comentará la película “El caftán azul” de la directora marroquí Maryam Touzani.

Al igual que los anteriores cinefórums, éste será coordinado por los doctores Alberto López García-Franco -Colaborador del Grupo Comunicación y Salud, que nos adjunta una breve reseña- y Concha Álvarez Herrero.



Mariam Touzani es una documentalista, guionista, actriz y directora marroquí que en este su segundo largometraje continúa con su vocación de denuncia de la realidad social y política de su país. Si en la primera de sus películas, “Adam” (2019) denunciaba la situación de ilegalidad de las mujeres solteras embarazadas en Marruecos y la exclusión social de las viudas que no quieren volver a casarse, en su segundo largometraje “El caftán azul” (2023) denuncia el tabú de la homosexualidad en esa sociedad homófoba.

Y lo hace acompañada por otras mujeres: Virginie Siurdej y Lubna Azabal. La primera, directora de fotografía dota a la película de una fotografía con la que, en un excelente trabajo de claroscuro, nos recrea los pequeños espacios del taller, las calles de la medina y el apartamento de la pareja por donde transitan nuestros personajes con su melancolía a cuestas. La otra mujer, Lubna Azabal es la actriz icónica de sus dos primeras películas, que ya nos deslumbró en España con la maravillosa e inquietante película “Incendies” (2010) del director Denis Villeneuve (del que ya pudimos disfrutar en nuestro cinefórum con su película “La llegada”).

Tanto “Adam” como “El caftán azul” son películas de amor y compasión. De amor a los convivientes que transitan por esos escenarios a veces hostiles. De amor a la profesión a la que dedican afanes y desvelos. En “Adam” nuestra Lubna Azabal en su condición de mujer sin marido, por viuda, encuentra en su trabajo de repostera más que una manera de realización, una de supervivencia sacrificada intentando sacar adelante su hogar con una hija de ocho años. Es precisamente la joven embarazada y soltera que llama a su puerta buscando trabajo y techo para dormir, la que la interpela y le recuerda que en la orfebrería del pan, además de harina y levadura se requiere de la caricia y el cariño con el que hornear la masa madre. Es ese amor por el trabajo manual el que despliega su marido en su otra película “El caftán azul” en la confección de esa vestimenta tradicional, hecha a la vieja usanza, en la que, al igual que en la vida, los hilos hay que entretejerlos con el cuidado del artesano y el guiño de la tradición. Con la urdimbre del amor y la presencia de valores.

En el “caftán azul” se despliegan diferentes tipos de amores: el conyugal, el sexual y el de la tarea bien hecha, en un ejercicio de cuidadores en el que los silencios son terriblemente elocuentes y en donde por encima del deseo merodea el cariño, que se plasma en esos consejos que nuestra Mina le da a su esposo: "Deja que el amor se manifieste, no lo escondas". En “El caftán azul” vemos las vicisitudes que acontecen a la pareja propietaria de la sastrería tradicional a la que se añade el joven aprendiz que introduce en la precaria armonía pasiones y recelos. En un país como Marruecos donde la homosexualidad es ilegal esta película ha contado con la financiación del Centro de Cine Marroquí, dependiente del Ministerio de Cultura y fue escogida como representante marroquí para los Oscars. Ello habla del poder discursivo del cine para cambiar realidades o por lo menos plantear nuevas miradas. Película sobre el amor con mayúsculas ya sea homosexual, o platónico y sobre el cuidado con personajes que no quieren herir, pero que hieren; que no quieren saber, pero que saben; y que se aceptan en un ejercicio en el que se prestan a cuidar… y cuidan.

 

Os esperamos.

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