El Grupo Comunicación y
Salud de la SoMaMFyC
tiene el gusto de invitaros a su próximo
cineforum, que se realizará el día 8
de junio, a las 16,00 horas, en
la sede de la Sociedad
(C/Fuencarral nº 18-1º D).
En este encuentro, se proyectará
y comentará la película “Despedidas” del
director japonés Yojiro Tajita.
Al igual que los anteriores
cineforum, éste será coordinado por el Dr.
Alberto López García-Franco, Colaborador del Grupo Comunicación y Salud,
que nos adjunta una breve reseña de la película:
La muerte siempre ha
concitado, tanto en el cine como en la literatura, elementos profundos de
meditación. Desde aspectos relacionados con la manera de honrar a los muertos (reflejados
en el mito de Antígona, cuya protagonista desobedece la exigencia política,
dicada por el rey Creonte, de no enterrar al culpable, para hacer prevalecer la
exigencia religiosa de enterrar a su hermano Polinices, acusado de traidor), hasta
elementos más ligados con la trascendencia o la banalidad de la vida.
La película que ahora
os presentamos aborda, en relación con la muerte, el ritual de la despedida.
En la película “Las
invasiones bárbaras” con la que iniciábamos las sesiones de cineforum de la
somamfyc, el protagonista, enfermo de cáncer terminal, congregaba a sus amigos
y allegados para compartir sus últimos días antes de una muerte voluntariamente
programada. De manera análoga, en “Los amigos de Peter”, una fiesta organizada
por un colega de universidad servía de escenario para anunciar la sentencia de
muerte que le había sido dictada al protagonista del film, bajo el diagnóstico
de sida. En ambas películas, como la que analizamos ahora, existe ese rito de
despedida a los muertos (o a los que se van a morir), y una constante: los
personajes que allí se daban citan experimentaban un proceso catártico del que
salían, de alguna manera, renovados.
El director de cine
Yojiro Tajita, experimentado inicialmente en el cine erótico, y posteriormente
en cine de temas épicos y mitológicos (con películas como “Ahura” o “La espada
del samurái”) nos propone es su película “Despedidas” (2008) una sentida,
sencilla y profunda reflexión sobre la muerte.
Tras la pérdida de su
trabajo como violonchelista, Daigo se presta a aceptar un trabajo que
inicialmente le avergüenza, como es el de amortajador, y por el que recibe el
rechazo social de su mujer y amigos. La película nos acerca al ritual mortuorio
del nokanshi, en el que el cadáver es perfumado, maquillado y vestido como si
de un ser vivo se tratara. Ceremonia de despedida en la que de manera
cadenciosa, respetuosa y natural se rinde el último homenaje al ser vivo que
fue, en su último tránsito.
Esta cinta nos
introduce en una reflexión serena sobre la muerte y en la necesidad de
formalizar, ante los seres queridos que se mueren, la postrera despedida…Lo que
inicialmente se vive como un trabajo oneroso cobra una dimensión nueva y a lo
largo de la película descubrimos la importancia que nuestro protagonista
concede a su trabajo, y la responsabilidad y el reconocimiento que adquiere
ante los familiares y allegados del óbito.
El tema no es nuevo
en el cine, aunque si es novedoso su enfoque. Ritual de enorme significado
estético, adquiere un significado ético en el que la familia se siente impelida
a realizarle una última ofrenda, posiblemente para conciliar sus culpas y
remordimientos y para aminorar un duelo que pudiera ser patológico. Ceremonia
que traspasa lo puramente ético para adquirir resonancias filosóficas cuando
descubrimos el acto catártico que supone para los familiares y amigos, y su
significado de reconciliación con la propia muerte…
Contada en tono
positivo, y hasta humorístico en muchos momentos, la película discurre entre la
evocación poética y la recreación meláncolica, acompañada por una música
evocadora, pero sin olvidar la reflexión trascendente….Esa que nos lleva a la
impotencia ante la muerte y al coraje ante la vida.
Os esperamos.
Grupo
Comunicación y Salud . SoMaMFyC.
1 comentario:
Una película lenta en el buen sentido. Como todo, es cuestión de gustos, pero creo que Despedidas es una película que invita a disfrutar de la serenidad y de la Belleza, con mayúsculas. Y es que es una película bella. Escenas largas y silenciosas en las que nos podemos sumergir en el respeto hacia los demás y hacia el trabajo bien hecho. En la dedicación, la humildad y la indiscutible utilidad de lo bello.
En el marco de una sociedad distinta aprendemos a valorar el significado de la muerte no desde el punto de vista del fallecido, sino del de los que se quedan. Unas despedidas que, aun siendo tan necesarias para todas las personas, van siendo enterradas bajo un estilo de vida desenfrenado y pragmático en donde no hay cabida para los detalles tan banales como imprescindibles.
Una película de las que no dejan indiferente al espectador y que, aun con sus imperfecciones, consiguen transmitir un mensaje que va más allá del "carpe diem".
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