Estos comentarios surgen al hilo
de la entrada publicada por el Dr. Casado en su blog y con relación a su taller
“Silencio, escucha y comunicación”https://www.doctorcasado.es/2018/10/silencio-escucha-y-comunicacion.html
Al
igual que en una pieza musical -donde los silencios quedan representados con
signos propios, con un valor determinado, como todas las demás notas- nace el
valor del silencio en nuestro lenguaje, ejecutándose cuidadosamente para crear
la partitura de la comunicación.
Sin
ellos, el intérprete tocaría sonidos acelerados sin ninguna armonía, no habría
espacio para la reflexión, la escucha, la comprensión. El silencio es una condición esencial cada vez más
ignorada.
En
la actualidad, en nuestra cultura, no se favorece la capacidad natural para
acercarse al silencio, al contrario, se ensombrece por la creación de
necesidades constantes, entretenimiento y consumo. A pesar de que la sociedad aboca hacia una
tendencia a la frustración por la fatiga informativa y el “tecno-estrés” desde
la infancia, estamos entrenados para experimentar ruido y sonidos. En este
contexto, sería necesario, cada vez más, tener como asignatura la “Anatomía del
silencio”.
Constantemente
nos llenamos de problemas y situaciones a las que damos vueltas, aumentando el
ruido interno. Solemos huir de ellas reprimiéndolas, usando para ello todo tipo
de distracciones, generando ruido externo, hasta que explota cual olla a
presión. El silencio no es ausencia, no es vacío; es presencia y armonía,
alivia y encuentra soluciones. Debemos ser conscientes de su increíble poder y
su capacidad para dirigir en el territorio intrapersonal.
Por
otro lado el exceso de datos, la infoxicación u obesidad de información,
generan más ruido y distracción, y hacen más necesario adoptar una “dieta digital” o alfabetización
mediática para consumir mejor la información y desarrollar hábitos de
comunicación saludables.
Para
nuestra profesión médica, y resto de personas
en el ambiente sanitario, también nos permite evitar la sobrecarga, el
desgaste. Todo cuidador necesita
encontrar el equilibrio para cuidar bien.
Cada
día el aumento de carga asistencial, el
envejecimiento poblacional, la epidemia de soledad y otros problemas sociales,
y la menor tolerancia a la dificultad y al malestar, complica la relación clínica
y disminuye las posibilidades de crear encuentros
significativos con el paciente, en los que fluya una comunicación de calidad.
En este marco, dar la oportunidad al silencio ayudaría a entender a la persona
que tenemos delante, con un mayor aprovechamiento de las consultas.
El silencio se convierte en un bien preciado que da la oportunidad de encontrarte a ti mismo, descubriéndonos tal y como somos. Tus silencios son cómplices de algo que va más allá de las palabras. El silencio te permite alejarte por momentos de tu forma de ver las cosas, permite la reflexión. Todos somos silencio alguna vez. Disfruta del valor del silencio porque te pertenece. Valora el silencio de las distancias cortas y serenas, de las miradas, de una sonrisa, del deseo, de la espera. Utilízalo para abrir una puerta al conocimiento
Poema de
Antonio Machado. Mi corazón se ha dormido
Ni duerme ni sueña; mira,
los claros ojos abiertos,
señas lejanas y escucha
a orillas del gran silencio.
Ni duerme ni sueña; mira,
los claros ojos abiertos,
señas lejanas y escucha
a orillas del gran silencio.
Poema
Federico García Lorca. Elegía del silencio
Vienes para decirnos,
en las noches oscuras
la palabra infinita
sin aliento y sin labios
Vienes para decirnos,
en las noches oscuras
la palabra infinita
sin aliento y sin labios
Poema de
Rafael Lasso de la Vega. Soneto del silencio
A esta quietud del alma para el mundo,
nada se acerca tanto y se asemeja
como el cristal inmóvil de la fuente,
que en un silencio vasto -¡el más profundo!-,
y en un éxtasis, ¡todo se refleja
en su fondo, serena y mansamente!
A esta quietud del alma para el mundo,
nada se acerca tanto y se asemeja
como el cristal inmóvil de la fuente,
que en un silencio vasto -¡el más profundo!-,
y en un éxtasis, ¡todo se refleja
en su fondo, serena y mansamente!
1 comentario:
Gracias, Natalia, por compartir esta reflexión al hilo del silencio... que me ha permitido asentarme un ratito en mi propio silencio que es bien escaso...
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